El proyecto Reschool impulsa el desarrollo de las comunidades energéticas europeas como pieza clave de la transición energética

Cartel del proyecto Reschool.

El proyecto Reschool nace con el objetivo de impulsar las comunidades energéticas en Europa, transformando así el sistema energético europeo en consonancia con los objetivos del Pacto Verde Europeo. El sector energético es responsable del 72% de las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE, lo cual exige una descarbonización rápida y efectiva de todos los sectores. Reschool está llevando a cabo cuatro proyectos piloto en Girona (España), Estocolmo (Suecia), Ámsterdam (Países Bajos) y Atenas (Grecia), cuyos resultados servirán para elaborar directrices y modelos de negocio realistas para apoyar la creación, el crecimiento y el desarrollo de comunidades energéticas en la UE.

Reschool lleva a cabo cuatro proyectos piloto en España, Suecia, Grecia y Países Bajos con el objetivo de obtener resultados que sirvan para elaborar políticas y directrices de impulso y desarrollo de comunidades energéticas europeas. Fotos: Reschool.

La Universidad de Girona coordina el proyecto, en el que colaboran otras entidades españolas como KM0 Energy, Bamboo Energy Platform y la Diputación de Girona. En total, son 16 entidades de 7 países que trabajan en la iniciativa de promoción y desarrollo de comunidades energéticas europeas.

El proyecto Reschool se inició a comienzos de 2023 y se prevé que finalice en junio de 2026. El coste total de la iniciativa es de 6.118.596 euros, con una cofinanciación del programa europeo ‘Horizon 2023-2024: Climate, Energy and Mobility‘ de la Comisión Europea de 5.593.570 euros.

Objetivos del proyecto Reschool

Reschool tiene como objetivo principal la mejora de la manera en que operan las comunidades energéticas, mejorando la tecnología y el comportamiento de sus usuarios, lo que ayudará a que las comunidades sean más eficientes y efectivas en el uso de la energía. Así, busca conseguir que las comunidades energéticas se conviertan en una manera formal de agregar consumidores y prosumidores activos, y empoderarlos como partes relevantes del sistema energético.

Para que este objetivo sea posible, Reschool busca aumentar de forma notoria el número de ciudadanos interesados en estas fórmulas de asociación energética mediante campañas de capacitación y participación respaldadas por los resultados efectivos de los cuatro proyectos piloto del proyecto.

La iniciativa europea Reschool está llevando a cabo cuatro proyectos piloto localizados en España, Suecia, Países Bajos y Grecia.

La iniciativa Reschool se centra en empoderar a las comunidades energéticas como actores energéticos relevantes en la cadena de valor de la energía, no solo como consumidores colectivos sino también como proveedores de energía.

Para ello, proporciona soluciones para aumentar la conciencia individual y la capacidad de respuesta de los usos de la energía a nivel doméstico y comunitario a través de estrategias de gamificación, es decir, añadir elementos lúdicos que animen a las personas a completar tareas o interactuar, además de herramientas tecnológicas que facilitarán y automatizarán la interacción con terceros en la cadena de valor de la energía.

Una agregación significativa de activos energéticos heterogéneos que incluya producción (fotovoltaica, Power-to-X, CHP, etc.), almacenamiento (baterías, térmica, etc.) y cargas controlables (cargas desplazables, bombas de calor, etc.) ofrece un enorme potencial y abre el camino hacia la participación de las comunidades energéticas como actores importantes en los programas de gestión del lado de la demanda (DSM).

Plantas fotovoltaicas y sistemas de almacenamiento en Girona

El piloto llevado a cabo en territorio español se desarrolla en la zona rural del entorno de Girona. En este piloto participan los pueblos de Amer, Rupià, Cellera de Ter y Cornellà de Terri, de donde participan 90 hogares, de los cuales 11 se encontraban en situación de pobreza energética, sumando un total de 212 habitantes. Además, también forman parte 30 equipamientos públicos y dos empresas locales.

El objetivo principal del piloto catalán es ampliar las plantas fotovoltaicas, desarrollar y mejorar los sistemas de almacenamiento, y evaluar el impacto del diseño de redes locales. Actualmente, se han instalado cuatro pequeños contadores en todos los equipamientos municipales, que evalúan detalladamente el consumo y generación de energía.

Uno de los objetivos principales del proyecto piloto de Girona es ampliar las plantas fotovoltaicas del entorno rural.

El siguiente paso previsto es que todos los participantes instalen medidores inteligentes, mientras que algunas aldeas obtendrán baterías compartidas, aumentarán su capacidad fotovoltaica u obtendrán puntos de carga para vehículos eléctricos.

Otros pilotos europeos

En el caso de Suecia, el piloto sueco se está llevando a cabo en la comunidad energética Hammarby Sjöstad en Estocolmo y está dirigido por ElectriCITY. El objetivo es construir una reserva de energía junto con otros propietarios, promover la producción local de electricidad renovable, demostrar comunicación interactiva en la vida real y desarrollar herramientas de apoyo que involucrarán a los ciudadanos en la transición energética.

El proyecto piloto sueco gira en torno a la comunidad energética Hammarby Sjöstad.

También tiene como objetivo crear un modelo de negocio rentable para todas las partes en un mercado flexible, ayudar a toda la red, incluidos otros distritos, y garantizar la producción de electricidad.

Por su parte, el piloto de Grecia, liderado por COEN, se sitúa tanto en Atenas como en la localidad de Rafina, y tiene como objetivo desbloquear la flexibilidad y explorar nuevas oportunidades de mercado, involucrar a los ciudadanos y partes interesadas, fomentando la adopción del concepto de comunidades energéticas y su participación activa en el sistema energético. Además también busca realizar estudios científicos sobre la composición social y características de las comunidades energéticas.

La comunidad energética griega Collective Energy está formada por 25 miembros, que comparten la energía generada por la planta fotovoltaica.

Collective Energy es el nombre de la comunidad energética griega con 25 miembros activos que comparten la energía producida por la planta fotovoltaica. También poseen un sistema de almacenamiento de energía que consiste en un sistema de batería de Li-on totalmente controlable, que se utiliza principalmente para actividades de demostración e investigación.

Durante el piloto, las comunidades energéticas participarán con el objetivo de fomentar su creación y maduración. Se explorará un conjunto de nuevos servicios de red eléctrica, que desbloquearán medidas de flexibilidad, proporcionadas por el almacenamiento de electricidad y la gestión del lado de la demanda. Además, se realizará una investigación en profundidad de estudios de caso de cooperativas de energía a través de encuestas, investigación documental, entrevistas y observaciones participantes.

Por último, el piloto holandés tiene lugar en la isla de Sporenburg, perteneciente a la ciudad de Ámsterdam. Este piloto está dirigido por Resourcefully (RESF), en colaboración con Open Remote (OR) y el municipio de Ámsterdam, y demuestra el potencial de los hogares y las pequeñas empresas para ofrecer flexibilidad a través de la carga inteligente.

Los dos objetivos principales de este piloto son ajustar la demanda de energía a la producción intermitente y reducir la carga máxima en el nivel de la subestación secundaria.

La subestación MSR del piloto holandés cubre aproximadamente la mitad del consumo eléctrico de 540 hogares de Ámsterdam.

El transformador MSR acopla la tensión media a la red de baja tensión, reduciendo 10/20 kV a 400 V. Bajo una subestación MSR están conectados 540 hogares y aproximadamente el 50% de su consumo de electricidad se genera mediante paneles solares. Los investigadores esperan poder replicar el piloto en otras zonas de Ámsterdam y, gradualmente, en otras ciudades holandesas.

Desarrollo de comunidades energéticas en Europa

Reschool aborda el desafío de impulsar las comunidades energéticas en la cadena de valor de la energía mejorando tanto las tecnologías como el comportamiento de los usuarios. Así, se fusionan dos enfoques complementarios, las ciencias sociales y la tecnología, para desarrollar una hoja de ruta clara para hacer que las comunidades energéticas sean eficientes y económicamente sostenibles.

Los investigadores del proyecto confían en que los resultados de la iniciativa sean de utilidad para el diseño de políticas y programas de desarrollo de comunidades energéticas en Europa dado el papel clave de estas fórmulas en la transición energética.

 
 
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