Documentos de orientación para acelerar la transición de energía renovable con comunidades energéticas en áreas rurales

Centro de Asesoramiento de Comunidades Energéticas Rurales (RECAH)

Con el objetivo de acelerar la transición de energía renovable en áreas rurales, el Centro de Asesoramiento de Comunidades Energéticas Rurales (RECAH) de la Comisión Europea ha publicado una serie de documentos de orientación sobre la creación y el mantenimiento de comunidades energéticas rurales. Los tres documentos se titulan ‘Unirse o establecer una comunidad energética rural’, ‘Crear valor e involucrar a los ciudadanos en la transición energética’ y ‘Obtención y gestión de la financiación para una comunidad energética rural’.

El Centro de Asesoramiento de Comunidades Energéticas Rurales (RECAH) ha publicado una serie de documentos que ofrecen asesoramiento experto sobre la creación y el funcionamiento de una comunidad energética rural.

El proyecto del Centro de Asesoramiento de Comunidades Energéticas Rurales hace hincapié en la necesidad de empoderar, involucrar y movilizar a los ciudadanos para que puedan desempeñar un papel clave en la transición energética.

Los resultados de las encuestas revelan que los consumidores desconocen las comunidades energéticas y las oportunidades asociadas a ellas. Estos documentos de orientación ofrecen a los ciudadanos y las empresas información para empoderar, incentivar y fomentar la participación ciudadana, una cuestión clave para el desarrollo de las comunidades energéticas rurales.

Creación de comunidades energéticas rurales

Cuando se considera poner en marcha una comunidad energética, es importante tener en cuenta los factores comunes y las barreras desde el comienzo. El documento ‘Unirse o establecer una comunidad energética rural’ ofrece una hoja de ruta para ello.

El documento ‘Unirse o establecer una comunidad energética rural’ ofrece una hoja de ruta.

Los factores más importantes para el éxito y el desarrollo de comunidades energéticas rurales se agrupan en áreas clave. El documento explica los pasos y los factores a tener en cuenta para desarrollar una comunidad energética rural, como conocer la legislación, establecer reuniones colectivas, buscar financiación, contacto con las autoridades locales, elegir la actividad y el tipo de tecnología, como la energía solar fotovoltaica, la biomasa, la eólica, la energía hidroeléctrica o la geotermia.

El documento destaca que los casos más exitosos de comunidades energéticas rurales en Europa han colaborado estrechamente con las autoridades locales y regionales. También destacan las organizaciones intermediarias que pueden ofrecer el conocimiento necesario y consejos sobre las tecnologías más adecuadas, y la asociación con otras comunidades energéticas, lo que contribuye a identificar las mejores prácticas.

Acciones impulsoras y barreras para desarrollar una comunidad energética rural exitosa.

La publicación muestra diferentes casos de éxito de comunidades energéticas rurales, entre ellos los que apuestan por la energía solar. Uno de ellos es el de un pequeño pueblo de Sicilia, Ferla, de no más de 2.000 habitantes. En 2021, en colaboración con la Universidad de Catania, expertos técnicos y un abogado, el municipio lanzó oficialmente el proceso de transición energética y abrió una convocatoria a ciudadanos y pymes que quisieran sumarse a la comunidad energética. En marzo de 2022, se instaló el primer sistema fotovoltaico de 20 kW en la azotea del Ayuntamiento.

También destaca el caso de éxito de ERE43 en Yssingeaux, en el departamento de Alto Loira (Francia). En este caso, apuestan por la producción de calor mediante biomasa, con 18 plantas de microbiomasa que suman 1,92 MW, y el usuario paga por lo que consume en calor. También se apuesta por el alquiler de azoteas para energía solar. El propietario de la azotea recibe una tarifa de alquiler y debe ser miembro de la sociedad, con al menos 3.000 euros de capital. ERE43 proporciona la financiación (incluyendo la instalación y mantenimiento) de los paneles solares, y después vende la electricidad generada a EDF. Tras 20 años, el propietario de la azotea pasa a ser propietario de la instalación.

Y otra historia de éxito es la de la comunidad energética ubicada en una de las zonas más pobres de Italia, la zona de Angitola. El proyecto persigue aliviar la pobreza energética mediante la difusión de la comunidad energética y el autoconsumo de energía. Consta de cinco instalaciones solares fotovoltaicas con una potencia de 200 kW cada una y un potencial de generación de 1.000 kW en las cubiertas de los edificios residenciales y aparcamientos. El objetivo es que la energía producida cubra el 50% de los requisitos de los miembros de la comunidad, incluida la provisión de energía a las estaciones de carga de vehículos eléctricos.

Involucrar a los ciudadanos en la transición energética

Se prevé que las comunidades energéticas podrían representar más del 17% de toda la producción de energía eólica y el 21% de la producción de energía solar para 2030. Además, la mitad de los ciudadanos de la UE podría estar produciendo su propia electricidad renovable para 2050, lo que cubriría el 45% de su demanda energética. No obstante, se estima que solo el 16% de los ciudadanos de Europa sabe qué es una comunidad energética y que solo el 4% participa activamente en una.

Las comunidades energéticas rurales ofrecen beneficios medioambientales, económicos y sociales.

De cómo crear valor e involucrar a los ciudadanos en la transición energética trata el segundo documento de orientación de RECAH, que analiza el papel de los ciudadanos en el sistema energético y muestra los beneficios de las comunidades energéticas.

La legislación de la UE reconoce dos tipos de comunidades energéticas: la comunidad energética ciudadana, en la Directiva del Mercado Eléctrico 2019/944, y la comunidad de energías renovables en la Directiva de Energías Renovables 2018/2001. Por sus especificidades, las comunidades energéticas rurales enfrentan desafíos y barreras, pero ofrecen una variedad de beneficios ambientales como la reducción de carbono, mayor generación de energía renovable, mayor eficiencia de los recursos, la mejora de la biodiversidad y la creación de nuevas oportunidades para involucrar a las personas en el transición energética a través de una mayor conciencia y alfabetización energética. De esta forma, involucrar a los ciudadanos también aporta beneficios sociales, además de proporcionar retornos económicos, y de contribuir a la seguridad energética en el contexto actual para no depender del suministro energético exterior.

Las comunidades energéticas rurales pueden llevar a cabo una serie de actividades, tales como producción, suministro, distribución, almacenamiento de energía, servicios de calefacción y movilidad.

Este segundo documento muestra el ejemplo de ‘Energy Gardens’, en los Países Bajos, una iniciativa comunitaria rural exitosa que ha combinado la generación de energía solar con la conservación del medio ambiente. La actividad de Energy Gardens se centra en la energía fotovoltaica con paneles montados en el suelo, con una capacidad combinada de 40 MW. Los beneficios ambientales incluyen la contribución a la reducción de las emisiones de GEI, y la mejora del valor ecológico y de la biodiversidad local. Sus beneficios económicos incluyen la participación financiera de ciudadanos y empresas a través de acciones y la creación de fondos para las comunidades locales. En cuanto a sus beneficios sociales, permiten ofrecer un espacio recreativo y de valor educativo para la comunidad.

Financiación para las comunidades energéticas rurales

Finalmente, el documento ‘Obtención y gestión de la financiación para una comunidad energética rural’ destaca la importancia del desarrollo de estrategias de financiación efectivas para las comunidades energéticas rurales. Ofrece información clave sobre políticas y financiación de la UE, fuentes de financiación, tipos y ejemplos de estrategias de financiación eficaces, e información para establecer modelos de negocio viables.

Este documento ofrece información clave sobre políticas y financiación.

Entre otros, se destacan los ejemplos de Alemania e Italia. En el caso alemán, el respaldo de la energía renovable descentralizada como parte de la Energiewende ha resultado en un surgimiento de comunidades energéticas en el país. Además, el Plan Nacional de Energía y Clima de Alemania describe una variedad de incentivos para que las comunidades energéticas reciban financiación y describe un marco regulatorio para las comunidades de energía renovable, con un enfoque específico en la participación ciudadana y el acceso a esquemas de apoyo financiero. En la actualidad, hay más de 1.700 comunidades energéticas en Alemania, más que en cualquier otro país europeo.

En cuanto a Italia, las comunidades energéticas se encuentran en una etapa temprana de desarrollo, pero se están generalizando debido a la reciente transposición de la Directiva de energías renovables que avala su aparición. La directiva especifica que los consumidores pueden establecer comunidades de energía renovable y se les permite utilizar redes de distribución para compartir la energía producida. Además, ha limitado el poder de decisión de empresas privadas involucradas en comunidades de energía renovable, convirtiendo a los ciudadanos en actores clave. La Universidad Politécnica de Milán pronostica que se esperan cerca de 100.000 comunidades energéticas en Italia en 2030.

El documento ‘Obtención y gestión de la financiación para una comunidad energética rural’ muestra la diversidad de fondos disponibles en todos los niveles, nacional y europeo, para permitir el desarrollo de proyectos. Muestra diferentes casos de éxito y ayuda a las comunidades energéticas rurales a entender cómo acceder y administrar las finanzas requeridas para la implementación de los proyectos.

 
 
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