Investigadores de Chile desarrollan técnicas para gestionar de forma inteligente la energía solar

Un estudio liderado por un equipo de investigación del Centro de Transición Energética de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI) de Chile, en el marco del proyecto FONDEF IDeA GEMA (Gestión de Energía en Microrredes con Almacenamiento), ha logrado desarrollar técnicas para gestionar de forma inteligente la energía solar.

El proyecto ha combinado analítica predictiva y prescriptiva para la gestión inteligente de energía variable e intermitente cuando hay almacenamiento.

El proyecto, financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), contó con la participación de las empresas Metric Arts EY y MiroSolar. Además, durante el desarrollo del proyecto participaron las empresas Impacto Renovable, Victron Energy y Agrosuper, en diferentes aristas de la investigación.

Los investigadores explican que el proyecto buscó, con éxito, mejorar los desarrollos que han estado haciendo en los últimos años, combinando analítica predictiva y prescriptiva para la gestión inteligente de energía variable e intermitente cuando hay almacenamiento.

Es decir, el proyecto de la UAI combina técnicas que permiten aprender y predecir la demanda de energía del cliente y la capacidad de generación de la planta solar, para luego usar esas predicciones en el cálculo de recomendaciones óptimas de gestión de energía que reducen los costes de funcionamiento.

La energía solar es una de las principales fuentes renovables para reducir el uso de combustibles fósiles. Su principal desventaja es que es variable (cambia a lo largo del día siendo inexistente en las horas de oscuridad) e intermitente (puede desaparecer inadvertidamente), lo que limita su usabilidad. Por otro lado, los sistemas de almacenamiento, como baterías, son una de las tecnologías principales que pueden reducir los efectos de estas desventajas, contando además con una reducción importante en su costo en la última década.

Proyecto GEMA

El proyecto GEMA se desarrolló en plena pandemia (2020-2021). El investigador Rodrigo Carrasco precisó que el objetivo de este proyecto era mejorar los modelos predictivos y conectarlos con modelos prescriptivos más sofisticados para poder mejorar aún más los resultados. A la vez, esperaban que esto le permitiera adaptar los modelos para otros tipos de redes y sistemas de almacenamiento, pudiendo desplegar dichos sistemas en una amplia variedad de localizaciones geográficas y configuraciones de red.

Cabe destacar que este estudio también contribuyó a desarrollar capital humano avanzado, entrenando a ingenieros a poder usar este tipo de herramientas para aplicar en diferentes tipos de problema.

El trabajo realizado además permitió demostrar los beneficios económicos y soluciones flexibles replicables en otros contextos como sistemas de cobro por potencia, cobros de punta, entre otros. Además, hoy dispone de una patente que permite proteger la propiedad intelectual desarrollada y que próximamente será licenciada a organizaciones interesadas.

En este sentido, los científicos del proyecto creen que lo desarrollado será un aporte para mejorar el funcionamiento de sistemas fotovoltaicos y, con ello, optimizar los incentivos para su penetración en diferentes tipos de clientes. El éxito del proyecto no habría sido posible sin una visión multidisciplinaria que se logró gracias a la variedad de experiencias en el equipo.

La optimización abre la puerta para analizar diferentes funciones que no solo busquen reducir costos, sino también mejorar la resiliencia, aumentar la vida útil de las baterías o enfrentarse a escenarios complejos desde el punto de vista climático o medioambiental.

 
 
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